25.9.15

8va semana

Nuevamente me salté una semana, pero esta vez tengo una buena excusa para explicar por qué no me puse al día: las fiestas patrias.
Tuve una semana muy corta en la u y después me dediqué a disfrutar el fin de semana largo no mas. Lamentablemente no fue como me lo esperaba porque pienso que tenía demasiado altas mis expectativas. Pero en realidad ya no me siento mal por eso, porque es lo que generalmente suele suceder conmigo.
Tuve la peor noche de mi vida y afortunadamente hoy existen muchas fuentes para poder publicar de forma anónima, asegurarse de que muchos lo leerán y quizás recibir uno o dos consejos de gran utilidad.
Como siempre, las cosas siguen el curso trágico que tenía desde hace un par de semanas, y comencé a controlar mis instintos de escribir y llamar porque no me gustó tener el rol de la que está ahí sienpre sumisa y disponible aguantandolo todo (afortunadamente solo aguanté un par de semanas y no me convertí en una mujer sometida como muchas hoy en día).
Admito que no me siento mas tranquila pero si siento que estoy tomando la decisión correcta, me cuesta un montón porque dejé que pasara mucho tiempo y obviamente  siento cosas mas fuertes que al principio, pero es mi culpa que sea así tambien. Si lo hubiese hecho al principio nada de esto estaria pasando.

Ayer me puse a revisar el historial de todo, llamadas, mensajes, y me vino un sentimiendo entre nostalgia y arrepentimiento. Nostalgia porque recordé esa primera llamada cuando escuché por primera vez su voz, cuando lo vi apoyado con el celular en la mano esperandome, la forma como me miró por primera vez (y sentí que le gusté), nuestra primera cita y lo mucho que nos reímos esa noche; la segunda y tercera cita, nuestro primer beso (de verdad)en el parque (que aún me hace estremecer); nuestros picnics, nuestras salidas de sibaritas, nuestros chancheos, nuestros besos y abrazos, la forma como me miraba y su insistencia en decirme cada vez que podia lo bonita que me veia, etc. Por lo menos nuestras diez primeras salidas fueron hermosas, en ese tiempo fuí feliz con él y llegué a pensar que tal vez podría llegar a tener algo mas serio con él, que e  cualquier momento me vería perdidamente enamorada, pero después de esas 10 citas comienza el arrepentimiento (ya son 5 meses). Cuando me saca en cara las mentiras (piadosas lo juro), cuando comenzó a insultarme cuando nos mensajeabamos, cuando comenzó a sentir que tenía el derecho de ningunearme por haberle mentido dos veces, juzgarme y poner en duda cada una de mis palabras. Creo, ahora que lo pienso, que debí haber aceptado el final luego de esas 10 semanas (con nuestra primera discusión). Así hoy no tendría mucho de que arrepentirme y me habría quedado un bonito recuerdo de él, en cambio ahora todo lo bueno que hemos vivido lo recuerdo mezclado con cosas malas. Cuando estamos juntos ya no me siento importante para él, de hecho varias veces me hizo sentir como si fuera una mujer cualquiera con la que le gusta tirar. Jamás antes en mi vida tuve esa sensación y con él ya lo viví más de un par de veces.
Es increíble pero, al escribir me doy cuenta que al final tengo que decir mas cosas malas que buenas, la balanza queda muy clara al poner todo en palabras. Pensaba que yo era la exagerada pero realmente es así, y ni siquiera es una relación importante como para seguir aguantando o esperando un cambio de actitud hacia mi.
Esta semana que me pidio como reflexion, finalmente me está sirviendo más de lo que esperaba, para poder olvidarlo a la fuerza al menos. Porque de todos modos, él ni siquiera debe haber pensado en darme el valor que merezco. Si no te gusto lo suficiente, no vale la pena jugarsela si no hay garantia.

Espero no seguir dandole vueltas al asunto y que la próxima vez que escriba sobre él sea para confirmar nuestra separación definitiva. (Aunque sienta que lo quiero y que se ha vuelto alguien demasiado importante en mi vida)

Suerte y fuerza para mi!

Pd: en el fondo me facilita el no tener que abrirle las puertas de mi vida, las que me demoro años en poder hacerlo y no todos soportan la espera. Una espinita menos

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