Realmente no sé por qué me disgusté contigo esta vez. Pienso que tal vez el motivo es, y perdón por si te parece un disparate, porque no podemos tener una relación tan monótona. No me gusta que todos los días sean similares, quiero cierta inconsistencia, quiero tener curiosidad por saber que nos deparará el futuro. Realmente no quiero que lo nuestro lo extinga la rutina.
Quiero que entiendas que lo que hago es por darle emoción a lo nuestro. ¿No crees acaso que de esta manera se vuelva más interesante nuestra vida juntos?. Me gusta arriesgarme, pero no lo hago muy seguido porque si salto no lo pienso dos veces y no hay vuelta atrás. No quiero arrepentirme de nada después, es por eso que a veces reflexiono mil veces las cosas y solo dejo las cosas triviales a la suerte.
No te molestes si no te contesto cuando me hablas por favor, soy reacia a decir todo lo que pasa por mi cabeza y no creo que sea por miedo al rechazo, puedes llamarlo como quieras. Sé que eso es una de las cosas que odias de mi al igual que el por lo menos inventar una excusa de por qué no hice o hice algo, hay cosas que si pasan porque si, aunque me digas lo contrario, podemos estar de acuerdo en que frecuentemente estamos en desacuerdo.
Recuerdo que al comienzo no nos entendíamos, pero no recuerdo el por qué seguimos intentando encajar el uno en el otro hasta el día de hoy. No nos gustábamos, no nos hablábamos, ni siquiera amigos en común teníamos, pero con un beso cambio todo, un beso que vino sin intención de ninguna parte, fue como si esa hubiese sido la única manera de llamarnos la atención del destino. Destino… y sentí que podía confiar en ti.
Veo a mi alrededor y debo decir que nunca vi a una pareja como la nuestra. No sé si lo que nos mueve será realmente el amor, pero sin duda nuestra forma de demostrarlo es bastante original. Podemos imitar el caminar tomados de la mano por el muelle, entre la orilla del mar y la línea del tren y esperar que el sol se ponga en el horizonte, podríamos mirarnos a los ojos y decirnos lo mucho que nos amamos, pero tengo más que seguro que aunque nuestro corazón esté ahí en ese momento, nuestra cabeza se encontrará en cualquier otro lado, porque aunque somos exclusivos no podemos abandonarnos del mundo por un solo segundo.
No es algo que me moleste en todo caso, ahora veo las cosas que tenemos en común, bastante poco ortodoxas por lo demás, pero ¿acaso nos importa demostrar que somos igual que los demás? por lo menos me siento cómoda. No por costumbre, creo que realmente me enamoré de ti.
Y no me canso de contemplarte mientras hablas de tus deseos, podemos volar juntos. Si eso es lo que deseas. Por ahora te propongo algo: seamos únicos.
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